Pros: Excursión para ver mantas. Mucha vida marina. Tiburones y tortugas. ‘Poco turismo’.
Contras: Ninguno
La isla es muy pequeña pero es un encanto de lugar, tanto por la propia isla como por la gente y la comida.
A Rasdhoo llegamos en fast boat como os explicaba en el primer post, unas 2 horas de viaje. Si vas en ferry normal 3 horas y 20 minutos y en hidroavión 15.
·Alojamiento:
Nos hospedamos en Palm Residence 3 noches. Es un guest house precioso nuevo y de diseño y el único ”lujo” que nos dimos en el viaje. Precio por noche dos personas: 60$ (con desayuno incluido) más un 10% de tasas. Está al lado de la playa Bikini Beach. (Ya sabéis que Maldivas es un país musulmán y no está permitido bañarse en bikini ni en bañador en todas las playas, excepto en los resorts que está todo permitido. Pero no os preocupéis porque en casi todas las islas tienen Bikini Beach).
Cuando llegamos a la isla nos recibió Munxy, él se encargaba de los huéspedes. Dejamos las maletas en la recepción y nos sentamos en el patio a tomarnos un zumo fresquito mientras hacíamos el check in. Y es en ese momento cuando nos relajamos de verdad.
Como veis, el hotel es una maravilla, con suelo de parquet, arena en todo el jardín, techos altos y ese rollo tan caribeño! Lo único un poco regulín, por decir algo, era el desayuno, un poco escaso.
Aquí coincidimos con un grupo de chicos que vivían viajando por el mundo y que se habían conocido en Asia y con los que disfrutamos de algunas charlas en la terraza contándonos anécdotas de sus viajes. Llevaban varios días en la isla y sabían donde podríamos ver tiburones así que apuntamos todas sus indicaciones para probar suerte al día siguiente. Esa misma noche nuestra guest house organizó un espectáculo de un grupo muy bueno de danza y canto típico de Maldivas. A pesar de que estaba, obviamente, dirigido al turista y algo preparado, nos encantó el show. Se llamaban Aaras Boduberu Group. Era un espectáculo muy dinámico en el que nos sacaron a bailar enseñándonos los pasos típicos. Lo dieron todo y nos reímos mucho. Este grupo de jóvenes actúa en resorts de lujo desde hace tiempo y se notaba que eran profesionales.
·Gastronomía:
La comida de Maldivas es muy poco variada. Sus principales alimentos son el pescado, pollo, el arroz y los noodles.
Rasdhoo tan sólo cuenta con 4 restaurantes. Dos muy típicos de la zona ( Acacia y Palm Shadow) donde suelen ir los locales y dos más turísticos (Café Olé y Lemon Drop) que no nos gustaron mucho al estar más enfocados al turismo y eso se ve a la legua.
El primer día comimos en Acacia que fue el que más nos gustó y del que os vamos a hablar:
El restaurante era una carpa con una barra y unas cuantas mesas de madera, muy isleño. Lo encontramos mientras caminábamos por la calle y vimos que estaban sentados los mismos chicos que nos trajeron en el barco. Así que ni lo dudamos.
Pedimos arroz con pollo al curry y arroz frito. Siempre te acompañan la comida con esa especie de patatas fritas del dentro que ellos utilizan como si fuera el pan. Todo buenísimo y cantidades industriales. De postre unos dulces caseros de sabores muy curiosos. Precio de la comida:
·Excursiones:
En Maldivas puedes hacer dos cosas: bucear y relajarte. Como os decía en el post ”QUÉ METER EN LA MOCHILA PARA VIAJAR 15 DÍAS A MALDIVAS” en Maldivas hace tanto calor que no puedes tomar el sol porque de verdad que no aguantas ni 15 minutos en la tumbona y os lo dice una a la que le flipa tomar el sol. Pero mucho más que tomar el sol me gusta bucear y ver animales, y este es uno de los mejores destinos para hacer buceo. La cantidad y variedad de corales junto a la diversidad de fauna hacen de este sitio un lugar único en el mundo. Desde los principiantes a los más expertos pueden disfrutar de sus maravillas. No hace falta tener ningún título de buceo porque sin alejarte mucho de la orilla vas a poder contemplar un sinfín de peces, tortugas, tiburones de arrecife y corales. Estos últimos quizá no sean los más espectaculares comparados con los que vimos en las islas que visitamos posteriormente.
En la misma Bikini Beach de Rasdhoo, en la zona que nos indicaron nuestros amigos del hotel, vimos, a la media hora de tirarnos, una tortuga, tiburones de arrecife y dos eagles ray.
Nosotros habíamos leído que Rasdhoo era un punto en el que fácilmente podríamos ver mantas, y no hablamos de rayas, hablamos de mantarraya. Estos animales son increíbles, alucinantes. Es lo más bonito que he visto en mi vida. Son las especies más grandes del mundo y, a diferencia de las otras del mismo orden, no tienen aguijón venenoso en la cola. La mantarray es el animal con el mayor cerebro de toda la fauna marina. Son completamente inofensivas y bucear con ellas te transmite una paz indescriptible.
Contratamos la excursión en Rasdhoo Dive Center. Precio de la inmersión 1 persona:
Hablamos con los chicos de la escuela para pedir precio y les explicamos que sólo Julio cogería botellas y yo me quedaría con las gafas por la superficie. Tuvimos mucha suerte ya que dos chicas habían contratado también la excursión para hacer snórkel e iban a sacar el barco igualmente, así que digamos que a mi me colaron y no pagué nada. Aquí tampoco vas a necesitar ningún título para disfrutar de ver las mantas.
Llegamos con el barco al ‘manta point’, una mancha de arena en medio del mar de agua azul turquesa donde hay bastante corriente y es donde suelen alimentarse ya que hay bastante concentración de plancton.
Cuando me dijeron: -Salta! me quedé como …. en serio? aquí en medio? ni de coña. Así que le dije lo que me salió del alma en ese momento: -No, no , salta tu primero a ver y yo te sigo!. Julio se tiró con el monitor y yo me quedé como 10 minutos decidiendo si saltaba o no porque además no paran el motor y echan el ancla , porque no se puede, así que están metiéndote prisa para que el barco no se aleje del punto. ¡Mucha presión!. Salté con uno de los guías locales que te acompañan y la impresión de no ver nada durante unos segundos por culpa de las burbujas es tremenda. Empecé a dar vueltas mirando a mi alrededor para comprobar que no había tiburones, que era lo que más miedo me daba, y de repente las vi, enormes, dando vueltas alrededor de una roca muy grande en el fondo donde estaban Julio y el monitor con las botellas, haciendo loopings con esa enorme boca abierta, con sus movimientos tan lentos… y me enamoré. Nos contaron que las mantas se sienten atraídas por las burbujas de las botellas de los buzos y se acercaron mucho la verdad. Eran gigantes y preciosas, el agua estaba tan limpia que podías distinguir las manchitas de su abdomen perfectamente. Estaban tan cerca que yo, desde la superficie y no exagero, las podría haber tocado bajando muy poquito. De verdad, sentí que era lo más bonito del mundo y habíamos tenido la suerte de estar ahí.
·Atardecer en Rasdhoo:
En Maldivas amanece muy pronto y anoche a las 18:30 de la tarde. Es uno de los mejores momentos del día porque con el sol también se va el calor y la temperatura es súper agradable a esta hora. Siéntate en la arena y prepárate para disfrutar del espectáculo. Los peces empiezan a saltar en el agua huyendo de sus depredadores, los murciélagos de la fruta, que son enormes, empiezan a volar por la playa y miles de cangrejos y ermitaños corren por la arena. Todo esto mientras el sol va escondiéndose en el mar.
”Nos hemos despertado a las 7:00 a.m para coger el ferry hacia Ukulhas, el ferry no es más que un entrañable barco de pesca azul, como la mayoría de los barcos aquí. Dentro hay bancos de madera y bolsas repletas de fruta, incluso ramas de plátanos enteras. De camino Julio hace currican y yo me duermo en uno de los bancos” Ukulhas nos espera.
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