Pros: Sand Bank. Atardeceres. Mucha vida marina.
Contras:
·Alojamiento: Mathiveri inn. Precio para dos noches dos personas: 71€, sin desayuno. Lo quisimos así porque queríamos probar los desayunos locales. Estuvimos aquí dos días, del 7 al 9 de Marzo.
Este hotel lo encontramos en Booking y como estaba de oferta ni lo dudamos. En cuanto a calidad… todo no se puede! Además tiene su encanto dormir en estos lugares tan auténticos. La decoración es muy india, y es que no olvidemos que está muy cerquita. Os lo enseño:
Por fuera:
Y por dentro:
Aunque parezca viejo y cutre … lo és jajaja pero estaba limpio, tenía aire acondicionado y las sábanas olían bien. Para nosotros es lo más importante. Total, sólo íbamos a dormir ya que te pasas todo el día fuera. ¡No se necesita más!. Los dos hombres que lo llevaban eran encantadores y súper dispuestos.
·Dos días en Mathiveri:
Algo que me llamó muchísimo la atención, positivamente, es que en todas las islas de Maldivas la sensación de seguridad que tienes en todo momento es brutal. Por el día y por la noche. No te sientes incómodo ni temeroso de que te puedan robar tus pertenencias ni te da miedo sacar el móvil o la cámara por la noche en la calle. La gente es súper tranquila y educada y eso es maravilloso.
Nada más llegar a esta isla dejamos las mochilas en el hotel y nos fuimos a bucear. La playa era una laguna de poca profundidad y para llegar al coral había que nadar bastante, como unos 100m y había un poco de corriente hacia fuera. Cuando llegamos al arrecife pasaba de ser un fondo muerto a ser un fondo nuevo y especial. Había corales de todo tipo pero, sobre todo, predominaba una clase que nos recordaba a los cuernos de los ciervos. Estaba lleno, parecía un bosque. Este tipo de coral protege a los pececillos y hace que haya muchísima vida. En seguida vimos tiburones y una tortuga.
Aquí tenéis un video que grabamos con la gopro un poco rápido pero para que veáis a lo que me refiero.
Delante de la playa hay un sandbank muy interesante para visitar nadando. Es una pequeña isla de arena de unos 150 x 20m completamente desierta, ideal para darse un buen baño lejos de los locales, y donde vimos varias crías de tiburones nadando por la orilla. Esta excursión nos llevó unas 3 horas y media. De verdad, muy recomendable pero protegeros del sol porque no hay ninguna sombra donde resguardarse.
En frente, el sandbank.
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Súper hambrientos después de la excursión al sandbank fuimos a comer al restaurante ”Asrafee Garden”. La comida de este sitio era más ‘picoteo’ que otra cosa. Había una barra llena de tuppers donde te servias tú mismo: empanadillas fritas, croquetas rellenas de huevo duro..todo súper picante pero muy bueno la verdad. De postre nos enamoramos de una especie de crepe relleno con una crema parecida al dulce de leche. Precio de la comida:
Había que descalzarse antes de entrar en cualquier sitio, restaurante, tienda, hotel…es una sensación única sentir los pies llenos de tierra y arena todo el día sin preocuparte de que estén negros como el hollín, es una vida muy salvaje. Maldivas es ir descalzo.
Otra curiosidad de Maldivas, y que en esta isla vimos en una de las callecitas que nos llevaba al hotel, es la forma en la que construían sus muros, hechos de ladrillos de coral, ahora prohibidos por la ley que protege los corales pero que en realidad es parte de ellos, de su cultura y de cómo subsistían antes.
Mathiveri es una isla pequeña y muy tranquila. Era muy relajante recorrer el camino que nos llevaba del hotel a la playa mientras el sol se escondía y lo teñía todo de tonos anaranjados. Pasear por el cementerio sin espantarte de lo que tan natural es en realidad esa parte de la vida.
Y admirar lo que la naturaleza crea tan salvajemente.
·Desayunar en Maldivas es empezar el día fuerte…
Aquí probamos por primera vez el Masuni Roshi. Es una especie de picadillo que lleva principalmente: atún, chile, cebolla morada, coco rallado, lima, curry, pimienta y sal. Muy picante, como todo en este país, pero buenísimo. Acompañado de una salsa también picante, tortilla y el pan típico (Roshi), que son esas tortitas que nos encantan por cierto. Para beber zumo pero de polvos. Resumiendo, un desayuno bomba que, encima, no llena mucho y a la media hora estás buscando el bocadillo de jamón debajo de una palmera. No apto para estómagos delicados. Precio desayuno 2 personas:
Después de un potente desayuno temprano os recomiendo dar un paseo por las playas de los locales y descubrir algunos rincones maravillosos, se reservan lo mejor para ellos, lógicamente. La isla no es muy grande, piérdete y verás qué sorpresas te encuentras.
Y al final del día, con sobredosis de sol, playa, excursiones de buceo y agotados de nadar, nadar y nadar…nos relajamos viendo el atardecer en la playa. En la bikini beach hay un hotel muy bonito que tiene unas vistas impresionantes y donde nos tomamos un zumo natural (que lo pagas a precio de oro) bien a gusto!. También gorroneamos un poco la piscina que con lo que nos costó el zumo… XD Nos quedamos hasta que se fue completamente el sol. Recomendable ver el atardecer aquí. Precio de los dos zumos:
·Cenamos en nuestro hotel porque estuvimos hablando con el cocinero que es Paquistaní y nos dijo que cocinaba muy bien. No nos mintió. Impresionante. Probamos el Kutta Roshi, con el que sigo soñando a día de hoy. Es un guiso de carne muy potente, con muchas especias, salsa y súper picante que acompañan también con una tortita muy fina de pan y que encontré delicioso. Julio pidió pescado y también estaba buenísimo. A todo le echan picante. Aunque les avises de que no te gusta el picante, y que por favor le pongan poco, parece que les da igual, le echan lo que les da la gana. Cuidado con el estómago. Precio de la cena:
Era nuestra última noche en Mathiveri y no se puede hacer mucho en una isla local cuando se va el sol, así que después de cenar nos sentamos en las míticas sillas maldivas que había en frente del restaurante y simplemente nos quedamos ahí, relajados, mirando a la gente pasar, hablando con el que nos daba conversación o callados, saboreando nuestras últimas horas allí. De vez en cuando pasaba uno con una moto, otro se sentaba con nosotros y nos preguntaba de dónde éramos… (Hablan muy bien inglés así que no hay problema para comunicarse).
En esta isla había mucho silencio por las noches, no había casi gente por la calle y era pura tranquilidad.
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