”Hay que tener mucha determinación para llegar a las Islas Togian”

He estado dudando mucho sobre si hacer este post o no. Este lugar es tan especial que quería guardarlo para nosotros como un tesoro. Pero la verdad es que escribir este viaje es la mejor forma de recordarlo y de conservar muchos datos que mi memoria perdería con el tiempo. Tampoco es un blog que siga mucha gente, más bien es como un diario personal de mis viajes, así que aquí está. Aunque ha sido un viaje muy largo voy a intentar resumirlo un poco:

Ubicación

Como podéis ver, están bastante lejos de Bali.

Las islas Togian (o Togean) (en indonesio, Pulau Togian) son un grupo de islas de Indonesia oriental, localizadas en el golfo de Tomini, frente a la costa de la parte central de la isla de Célebes. El grupo se compone de 56 islas.

Clima

Si buscas el tiempo de estas islas en Google te volverás loco porque hay muy poca información y la que hay a veces no coincide con la realidad. El clima de Sulawesi es monzónico y  las precipitaciones van de Noviembre a Marzo, pero sin embargo estuvimos todo el mes de Marzo y sólo llovió algún día pero por la noche. Una vez allí hablamos con un local que nos confirmó efectivamente que los peores meses eran esos.

Moneda

La moneda de Bali es la Rupia Indonesia (IDR). Muy importante llevar dinero en efectivo si vas a estas islas porque los datáfonos y los cajeros son difíciles de ver.

Vacunas: Malarone

Nosotros fuimos al Centro de Vacunacion Internacional en Valencia que se encuentra situado en el Muelle de la Aduana, s/n · 963 07 97 00 (Atienden con cita previa). Allí nos informaron de que nos teníamos que tomar las pastillas contra la malaria porque era una zona que no se fumigaba y había cierto riesgo. Después en las islas encontramos a mucha gente que no se las tomaba ni se las había tomado nunca para ir allí. La verdad, cada uno que corra el riesgo que quiera. Nosotros nos las tomamos porque no queríamos jugárnosla. A mi me sentaron fatal (súper cansada y sin fuerzas para nada) y si tuviera que volver me tomaría el Malarone pediátrico.

-Nuestra ruta en Togian-

Nunca habíamos oído hablar de estas islas, realmente fue un regalo de nuestro amigo Nico. Nos dijo: -Este va a ser mi regalo de boda. Id a las Islas Togian. Y le hicimos caso… y ha sido lo más bonito y auténtico que hemos visto hasta el momento.

¿Cómo podría resumiros tanto? Son únicas, especiales, auténticas, llenas de sorpresas, naturaleza en estado puro, su gente es maravillosa y repetiría mil veces este viaje.

Cómo llegar

Esto es lo peor y lo mejor que tienen las Islas Togian. Hay que armarse de valor y de paciencia para emprender el camino hacia las Togian.

Hay varias formas de llegar y con el tiempo, desgraciadamente, habrá más.

Nosotros hicimos esta ruta: En total, unos 2 días llegar desde Bali.

1 vuelo de Bali a Makassar

1 vuelo de Makassar a Luwuk

1 autobús de Luwuk hasta Ampana (8 horas que se convirtieron en 11 por carreteras terribles, atravesando selva, en un autobús del año de la conga)

1 barco de Ampana a Wakai (donde salen los barquitos para ir al resto de islas).

Cuando llegamos a Ampana, antes de coger el ferry que nos llevaba hasta Wakai, conocimos casualmente a una chica finlandesa que vivía allí, en las Islas Togian, se llamaba Emy. Ella y su marido eran los dueños del hotel y escuela de buceo de Una Una (una isla a la que queríamos ir porque es una maravilla para bucear). Nos dijo que no le quedaba ninguna plaza en el barco en ese momento pero que si nos quedábamos en Pulau Togean, en el hotel de una amiga suya, al día siguiente vendrían a buscarnos. Y así lo hicimos.

Wakai es básicamente una zona de paso y dónde viene la gente del resto de islas a comprar. No es muy bonito pero a la vez es espectacular ver cómo viven.

A pesar de lo humildes que son, te lo dan todo. Los habitantes de las Islas Togian son personas generosas, amables y súper simpáticos.

 

PRIMER DESTINO: 

PULAU TOGEAN (Pulau significa isla)

Llegamos aquí gracias a Emy y conocimos una isla y a una persona maravillosa y entrañable. Irina y su pequeño paraíso SUNSET.

Irina es una mujer extranjera que vive aquí desde hace muchos años. La conocen prácticamente en todas las islas. Ella decidió cambiar su vida radicalmente y tuvimos la suerte de poder disfrutar una noche y dos días de su compañía y de su increíble historia. En esta pequeña playa rodeada de selva por todas partes solamente hay 4 cabañas y consiguen luz con la ayuda de un generador unas pocas horas por la tarde para poder cenar y cargar algún aparato. No hay agua corriente y por supuesto no hay internet jeje. Pero en ningún momento echamos absolutamente nada de menos. En el cuarto de baño hay un inodoro y al lado hay dos cubos de basura grandes llenos de agua. Uno está tapado (para que no vayan los mosquitos) porque es agua dulce y es con la que te duchas (debes gastar lo mínimo) y el otro está abierto porque es salada y es la que utilizas para tirar al water.
Estar en esta isla es como volver a los orígenes, es caminar descalzo y no peinarse. Es dejar el teléfono y hablar con las personas, escucharlas… Es sentarse en la arena y mirar al cielo y pensar: qué suerte tengo de estar viviendo esto ahora mismo, de sentir lo que estoy sintiendo, de ver lo que ven mis ojos. Yo intento describirlo pero nunca será lo mismo que vivirlo.

Lo mejor de todo era sentarse con Irina en el restaurante a desayunar y a cenar. Porque eran los momentos en los que nos contaba su historia y cómo acabó allí. Estar en un lugar tan pequeño te hace abrirte mucho a la gente.

La comida era fantástica y abundante. Estuvimos una noche y pagamos 175.000 rupias que son 10,50€ cada uno y el precio incluye: alojamiento, 3 comidas al día, café o té gratis todo el día, agua y fruta. Es muy barato sí, es lo que tiene alejarse del turismo.

Nuestro siguiente destino era:

PULAU UNA UNA 

Esta isla es una de las islas más bonitas que he visto en mi vida. No es una isla paradisíaca ni tiene playas de arena blanca pero tiene mucho más. Tiene una fauna y una vegetación impresionantes. En el mar hay tal cantidad de vida que cuando vas nadando el plancton te pincha en la cara. Una-una está creada por el volcán Colo. En el año 1983 fue devastada casi toda la isla por la erupción de este volcán. Su población es de 200 personas aproximadamente. Esta isla es famosa por su buceo desde los ’90.  La erupción del ’83 hizo que mucha gente se fuera y dejara de pescar, lo que supuso un descanso para la fauna de la zona y que ahora los buceadores agradecemos enormemente.

Hotel/escuela de buceo Sanctum.

Si el hotel de Irina en Pulau Togean nos había dejado sin habla, Una una nos dejó sin respiración.
El hotel Sanctum está formado por pequeñas cabañas de madera en medio de la vegetación. Hay algunas (las de primera linea de playa) que tienen baño y otras no, pero hay baños públicos a pocos metros. Son habitaciones sencillas pero preciosas y es que tienen un rollazo salvaje que nos flipó!. Los precios los puedes ver aquí en su pagina web.
Hay muchísimos bichos y lo más gracioso que me encontré una noche que salí al baño fue una vaca en la puerta de nuestra cabaña. Las vacas van paseando por toda la isla a sus anchas, por la playa incluso. Son muy buenas.

La nuestra tenía estas vistas:

¿Increíble no? Sólo me faltaba la mona Chita.

Después está el restaurante y la escuela de buceo.

Lo que más nos gustó de estas islas es que, como en todos los hoteles el precio incluye las comidas, las mesas son muy largas para que todo el mundo se siente a comer a la vez. Comíamos y cenábamos todos juntos y cada día era una fiesta. Literalmente. 
El mismo día que llegamos sentimos que había súper buen rollo con todos, con los instructores, con los dueños y con el resto de huéspedes . El 100% de los que estábamos allí teníamos una cosa en común que nos había llevado hasta allí: el buceo.

Después de un año seguimos manteniendo el contacto con casi todas las personas de la foto. Incluso algunos han venido a vernos a Valencia. Es increíble.

Llegamos a Una-una por una semana y acabamos estando dos. Estábamos tan a gusto que no veíamos el momento de marcharnos. Era como si hubiésemos encontrado nuestro lugar favorito en el mundo, como si fuera nuestra casa y nuestra familia. Muchas noches después de cenar jugábamos al billar o mientras Julio hacía alguna inmersión nocturna nos sentábamos en la pasarela de madera a mirar el plancton luminiscente o las estrellas. Qué cantidad de estrellas, nunca he visto nada semejante.

En cuanto al buceo os puedo decir que me saqué el PADI aquí, en esta isla maravillosa. La primera inmersión que hice jamás la olvidaré porque justo antes de subir nos topamos con un banco de Bumphead Parrotfish gigantes. Y cuando digo gigantes es que eran gigantes!!. Estas criaturas son alucinantes por el tamaño que tienen y por el pico tan fuerte que poseen que son capaces de partir el coral sin inmutarse.

A parte de estas preciosidades puedes ver tiburones, tornados de barracudas, lion fish, estrellas de mar, tortugas…

En fin, un paraíso para los amantes del buceo. El precio de las inmersiones es de aproximadamente 35€.

Y algo que tiene Una-Una que es totalmente gratis son sus atardeceres…..

Con esta bella estampa nos despedimos de Una-Una y partimos rumbo a :

PULAU MALENGE 

Si buscas información en internet sobre esta isla no encontrarás nada. 

Cuando llegamos en el barco a esta isla nos quedamos alucinados para variar… Arena blanca, agua cristalina, selva alrededor y estábamos solos (viajar en marzo tiene sus ventajas) … De ensueño.

En un principio nosotros fuimos directos a unas cabañas que nos habían recomendado: Sera Cottages. Lo que no sabíamos era que un día después conoceríamos a unos Españoles que también tenían un hotel en la playa de al lado y nos mudaríamos con ellos ^^.

Las cabañas del Sera están bien para un par de días pero no están muy limpias y las sábanas dan un poco de grimilla…La comida tampoco nos sorprendió mucho y además era escasa. Pagamos 300.000 rupias por persona con alojamiento y todas las comidas incluidas, que son unos 18€. Súper tirado.

Cómo os decía, estando en la playa del Sera apareció Kike en su barquita y cuando nos enteramos de que era Español y encima de Valencia ¡alucinamos!. Nos contó que ellos tenían un hotel de 3 cabañas en la playa de al lado (BAHIA TOMINI) y que tenían sitio para nosotros. Fue tan amable y simpático que no lo dudamos ni un segundo, esa misma noche hicimos las mochilas y al día siguiente vino a recogernos en su barquito.

El cambio fue espectacular en todos los aspectos. El precio en este hotel eran 400.000 rupias = 24€ y la diferencia por esos pocos euros era abismal, como la noche y el día. Las cabañas eran de colores súper divertidos y estaban impecables. Los baños son una pasada porque no tienen techo y cuando te duchas parece que estés dentro de la selva, es espectacular. Os enseño la nuestra.

¡BAHIA TOMINI !

Nuestra humilde morada…

También tenían una cabaña dentro del agua que era espectacular. El precio de esa era un pelín más cara pero es que las vistas lo valen. ¿O no?.

La piragua que veis en la foto es Nemo y también te permiten cogerla para ir a dar algún paseo por los manglares, que son impresionantes por cierto.

Encontrarnos con Kike y Eva fue algo especial porque, después de casi un mes viajando, volver a hablar tu idioma y estar con gente de tu tierra es algo que echas de menos. Nada más llegar fuimos a bucear cerca de la playa y después nos hicieron una paella!! No nos lo podíamos creer, en las Islas Togian comiendo paella.

Lo que más nos gustó de Bahia Tomini era la sensación de estar como en casa y con tu familia. Puedes entrar en la cocina y ver como Eva prepara el pan con nueces para desayunar o puedes echarles una mano preparando la ensalada. O simplemente puedes sentarte en uno de los bancos y charlar con ellos tranquilamente mientras te tomas una cerveza. Es algo inexplicable, lo estoy escribiendo y me estoy emocionando de recordarlo.

Echo de menos amanecer allí y escuchar a Kike y Eva trajinando en la cocina preparando el desayuno, que se curraban de una forma especial. Cada día era algo diferente. Tostadas con pan recién hecho, un bol de frutas variadas, tomate rallado con una brasa en el centro para que le de un aroma y un sabor indescriptible, guacamole, tortilla, bizcocho de plátano…

Entre la comida y la cena siempre hacían alguna cosita para picar o merendar y de verdad que todo estaba delicioso y al nivel de cualquier 5 estrellas.

Comimos desde pescados de la zona hasta espinacas de mar o fritura de flor de plátano.

También me encantaría destacar lo súper detallistas que eran con todo. Desde poner limones pequeñitos en el agua o servir el pescado en hojas de plátano.

Como tienes tanto tiempo libre y anochece tan pronto, por las tardes solíamos quedarnos en el restaurante que hace de cocina, salón, comedor y chill out a la vez, con hamacas y pufs, haciendo manualidades o leyendo hasta la hora de la cena. Estando allí nos juntamos con dos parejas súper divertidas y por las noches jugábamos a las cartas todos juntos, bebiendo birras o tomando Arak que Kike nos sacó! (un licor de arroz que fabrican allí y que está súper fuerte). Nos reíamos muchísimo. Son esos pequeños momentos que quedan grabados en tu retina y que no olvidas jamás, los que te dan la vida.

Buceo:

Aquí podrás disfrutar de un buceo alucinante. El Reef  4 y 5 son muy famosos.
Podrás ver tortugas y tiburones muy fácilmente. Lo que más nos impresionaron fueron los corales.

Excursión obligatoria en Bahia Tomini:

A pocos kilómetros en barco está el famoso poblado nómada conocido como los Bajau o gitanos del mar. Es algo digno de ver. Habitan en increíbles poblados de madera construidos sobre pilares en el agua.

Muchos Bajau no ponen pie en tierra más que para comerciar con el pescado y los pepinos de mar.

Aquí está la pasarela de más de 1 kilómetro que tendrás que atravesar para llegar hasta el poblado.

Una vez allí todo es magia.

Y humildad…mucho de eso también.

Con lágrimas en los ojos nos pedimos de nuestros amigos y pusimos rumbo a Bali de nuevo. Pero no fue un adiós, fue un hasta pronto.

Gracias Kike y Eva, por abrirnos las puertas de vuestra casa y de vuestro corazón, por contarnos vuestra valiente historia. La historia de un sueño hecho realidad, de esfuerzo y superación. Hacéis que cualquiera se sienta a gusto a vuestro lado porque nunca dejáis de sonreír. Os admiro en todos los aspectos porque habéis conseguido con lo que muchos soñamos pero no tenemos el valor de hacer. Habéis conseguido lo más preciado de esta vida: la libertad.